Un apego inseguro se relaciona con problemas de ansiedad, dependencia emocional y depresión

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Hemos entrevistado a Carina Cinalli, psicóloga sanitaria y profesora de nuestros 3 cursos sobre el apego en la infancia, la edad adulta y la tercera edad.

Cinalli nos ha explicado la importancia de sentar las bases de un apego seguro, para poder vivir y relacionarse con los demás, de un modo sano.

¿Qué es el apego?

Para hablar de apego vamos a comenzar diciendo que somos seres relacionales, no podríamos imaginar nuestra existencia fuera de los lazos que nos unen a los demás y al mundo. Seguramente todos recordaremos la imagen de la película “El náufrago” cuando el protagonista asumiéndose solo en una isla desierta, recurre a una pelota que representa esa relación con otros que todas las personas necesitamos para vivir.

Aprendemos a construir relaciones desde el primer año de vida. El apego es ese primer vínculo afectivo que se establece entre el bebé y una figura significativa, que es la que proporciona los cuidados físicos y emocionales.

Esta primera relación de apego no solamente permite la supervivencia, sino que sienta las bases para explorar el mundo, conocernos a nosotros mismos y a los otros, autorregular las emociones, resolver problemas, etc., es decir para transitar la vida. Por lo tanto, las características del apego durante los primeros años de vida van a condicionar el desarrollo del niño tanto en aspectos cognitivos, como emocionales y sociales.

¿Cómo podríamos definir un ‘apego sano’? ¿Por qué es tan importante?

Según las características de este primer modo de relación que se establece entre el niño y las figuras que le aportan cuidados, se han identificado diferentes tipos de apego. El apego saludable se caracteriza por aportar al niño una base segura para explorar el mundo, conocer a los otros y conocerse a sí mismo, sabiendo que, ante una situación amenazante, dispone de un refugio seguro donde encontrar apoyo, consuelo, compresión, amor incondicional.

Hay una anécdota que cuenta Freud acerca de un niño que tenía miedo a la oscuridad y establece el siguiente diálogo con su tía:

“Tía dime algo, tengo miedo porque está muy oscuro”. La tía responde “¿de qué te servirá, si no puedes verme?”. El niño responde: “Eso no importa, hay más luz cuando alguien habla”. (S. Freud. Tres ensayos para una teoría sexual, 1905).

Podemos decir que el apego seguro funciona a modo de luz que calma y orienta, cuando el niño se encuentra entre sombras.

El apego seguro posibilita el desarrollo de una autoestima positiva, autonomía, expresión y gestión emocional, una mayor tolerancia a la frustración, una mayor habilidad para las relaciones interpersonales y para la resolución de problemas.

Pero no siempre el apego brinda una base segura, en algunos casos encontramos apegos inseguros caracterizados por la ambivalencia, la evitación o la desorganización. El apego inseguro en sus diferentes manifestaciones puede traer aparejados problemas emocionales, conductuales, relacionales, etc., que generan gran sufrimiento al niño y a la familia.

¿Qué papel cumple el apego en cada una de las principales etapas de la vida?

Es importante tener en cuenta que el apego que se establece en la infancia forma esquemas mentales desde los cuales las personas interpretamos el mundo, generamos expectativas relacionales y nos vinculamos con otros (amigos, parejas, compañeros de trabajo, etc.). Por lo tanto, las experiencias de apego tempranas tendrán una gran influencia a lo largo del ciclo vital. En el adulto el apego seguro favorece el establecimiento de relaciones de confianza e intimidad positivas, un mejor afrontamiento de los cambios, la resolución de conflictos, etc.  Por el contrario, el apego inseguro suele estar relacionado con problemas en la gestión emocional, ansiedad, dependencia emocional, depresión, duelo patológico y trastornos de personalidad.

En el envejecimiento, el apego seguro facilita el afrontamiento de situaciones de pérdida y declive, protege contra el aislamiento y la depresión, y facilita, entre otras cosas, el ajuste flexible a metas.

Si bien, el estilo de apego infantil en muchos casos condiciona diferentes aspectos de la vida adulta, es posible intervenir para que las personas puedan aprender otras formas de vinculación y reparar aquellos patrones que se han internalizado y que son fuente de malestar y sufrimiento.

Debido a la gran importancia que tiene el apego en el bienestar en todas las etapas del ciclo vital, es muy importante promover el establecimiento del apego seguro en los primeros años de la vida. En este sentido la psicoeducación es muy importante para brindar las pautas parentales que posibiliten al niño crecer con seguridad en un entorno (la vida) donde necesariamente deberá enfrentar dificultades.

¿Qué conocimientos obtendrán los alumnos que ‘asistan’ a cada uno de estos 3 cursos (por videoconferencia) sobre el apego?

En estos cursos los alumnos aprenderán la importancia del apego en las diferentes etapas del ciclo vital, cuáles son las dificultades que se pueden presentar y qué estrategias podemos utilizar para fomentar un apego seguro.

Si quieres obtener más información sobre este curso, puedes consultarla aquí:  https://www.masformacion.es/?s=apego&post_type=product&dgwt_wcas=1